Leyendas Ecuatorianas: Brujas sobre Ibarra
Desde arriba del Torreón, la ciudad, en las noches de luna, parecía una maqueta parda llena detejados, que guardaban jardines atiborrados de buganvillas, nogales e higos. Más arriba, en cambio, se distinguían las palmeras chilenas: enjutas y lustrosas, pese a la intensidad nocturna y las exiguas farolas, alumbradas con mecheros que –de cuando en cuando- eran revisados por el farolero, envuelto en un gabán descolorido que no impedía apreciar su silueta recorriendo esa luz...
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