Es importante destacar que la capacidad de los adultos mayores de disponer de bienes en general, económicos y no económicos, constituye un elemento clave de la calidad de vida en la vejez. La seguridad económica de las personas mayores se define como la capacidad de disponer y usar, de forma independiente, una cierta cantidad de recursos económicos regulares y en montos suficientes para asegurar una buena calidad de vida.
En lo respeta el goce de la seguridad económica permite a los adultos mayores satisfacer las necesidades objetivas que hacen a una buena calidad de vida, y tomar decisiones con independencia. Además, mejora su autoestima, al propiciar el desempeño de roles significativos y la participación en la vida cotidiana como ciudadanos con plenos derechos.
La magnitud de los recursos definidos como necesarios no es fija y depende de la edad, del estado de salud, de los arreglos residenciales, de los patrones de consumo previo, y de cuánto aporte el Estado a través de servicios gratuitos o subsidios. Los mecanismos de provisión de seguridad económica son varios: el trabajo generador de ingresos, los ahorros (activos físicos y financieros), los sistemas de seguridad social y las redes de apoyo, principalmente las familiares.
Otro activo muy importante para los adultos mayores lo constituye la propiedad de una vivienda, que les brinda seguridad y estabilidad, a la vez que puede constituir un bien de intercambio en caso de necesidad urgente.
Este es un tema para el cual aún falta bastante concientización, debido a no tenemos una buena cultura de ahorro, el desconocimiento de las leyes establecida en la Constitución de la República de Ecuador (2008) en la que hace énfasis a los derechos que tienen las adultas y adultos mayores que garantizan una buena calidad de vida en la edad avanzada. Las nuevas generaciones deben empoderase de la cultura de ahorro y previsión para el futuro que constituyen elementos básicos para garantizar la calidad de los últimos años del ciclo vital.
Para corroborar estos criterios se presenta alguna información de organismos especializados. Según el Instituto Nacional de Estadística y Censos en el Ecuador existen alrededor de 14’483.499 habitantes de los cuales 1’229.089 son adultos mayores que pertenece al rango entre 60 y 65 años de edad, la mayoría reside en la sierra del país (596.429) seguido de la costa (589.431). El 53.4% son mujeres y el 46.6% son hombres.
El 11% de los adultos mayores vive solo, esta proporción aumenta en la costa ecuatoriana (12,4%); mientras que los adultos mayores que viven acompañados en su mayoría viven con hijo (49%), nieto (16%) y esposo o compañero (15%).
A pesar de que un 81% de los adultos mayores dicen estar satisfechos con su vida el 28% menciona sentirse desamparado, 38% siente a veces que su vida está vacía y el 46% piensa que algo malo le puede suceder.
La satisfacción en la vida en el adulto mayor ecuatoriano aumenta considerablemente cuando vive acompañado de alguien (satisfechos con la vida que viven solos: 73%, satisfechos con la vida que viven acompañados: 83%).
El 69% de los adultos mayores han requerido atención médica los últimos 4 meses, mayoritariamente utilizan hospitales del IESS, hospitales provinciales, centro de Salud, subcentro de salud y consultorios particulares. El 28% de los casos son ellos mismos los que se pagan los gastos de la consulta médica, mientras que en un 21% los paga el hijo o hija.
Las enfermedades más comunes que presentan las adultas y adultos mayores son: osteoporosis (19%), diabetes (13%), problemas del corazón (13%), enfermedades pulmonares (8%) entre otras.
El 42% de los adultos mayores no trabaja y mayoritariamente su nivel de educación es el nivel primario. A pesar de que desean trabajar los hombres mencionan que dejaron de trabajar por: problemas de salud (50%), jubilación por edad (23%), y su familia no quiere que trabaje (8%). En el caso de las mujeres dejan de trabajar debido a: problemas de salud (50%), su familia no quiere que trabaje (20%) y jubilación por edad (8%).
Entrando en un poco más en detalle, no toda la población adulta mayor ecuatoriana cuenta con un seguro social que le permite un envejecimiento con dignidad y seguridad.
En un futuro no muy lejano, todos los jóvenes nos convertiremos en adultas y adultos mayores, porque no empezar desde ahora en pensar en consolidar la economía en base a una cultura de ahorro que nos permitirá vivir en mejor condiciones de vida.