Parir mujeres para que les gusten los hombres II
Era la 1:30 de la mañana cuando llamé a Zulema. Me contestó con una voz tan serena que me sorprendió. Le expliqué que era muy peligroso ir a casa de sus padres. Mucho mejor sería llevarla inmediatamente a un lugar seguro para darle protección y dar la noticia de su liberación. Una vez hecho esto sería difícil que su familia intentara recluirla nuevamente. Zulema estuvo completamente de acuerdo, pero me contó que no confiaba en el chofer. Él se estaba portando muy amable con...
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